sábado, 17 de noviembre de 2012

El lenguaje del tarotista

Como consultora de tarot me gustaría transmitirles mi opinión y experiencia personal sobre cómo tratar al consultante. Nunca debemos olvidarnos que cuando alguien llega a la consulta generalmente viene con dudas y preocupaciones, buscando una solución, a veces “mágica”, para su problemática. La mayoría de las veces esperan solo obtener respuestas favorables o “escuchar lo que ellos quieren”. Es aquí cuando es de vital importancia la forma en que vamos a transmitir el mensaje de las cartas. Ante todo debemos estar abiertos a escuchar con atención al consultante. Lo ideal es que el mismo no nos cuente todo ya que corremos el riesgo de que sientan que cuando interpretamos las cartas le estamos diciendo lo que ellos nos han dicho, por eso es mejor primero empezar a interpretar las cartas y luego, cuando ya le vamos dando información, allí nos pueden ir contando algo más, si así lo quieren, para poder ahondar más y ser más precisos al contestar las preguntas. Otro punto es la forma en como nos comunicamos con el otro, lo ideal es establecer un vínculo de empatía (ponernos en el lugar del otro). Las buenas formas, la empatía y el equilibrio, son la mejor manera de comunicarse y relacionarse con los demás en todas las áreas de la vida y mucho más en nuestra profesión. Muchas veces la gente no está preparada para escuchar determinadas cosas, por lo tanto es recomendable no decir cosas que no nos pregunten, a pesar de que nosotros las veamos. Las cosas fuertes o que pueden shockear al consultante hay que decirlas con mucho tacto. En mi opinión el dicho “Con la verdad, no temo ni ofendo” en nuestra función no es aplicable. Otro tema, en mi particular opinión, es el uso de la sugestión para “vender” servicios, esto es cuando viene un consultante y se le dice que tiene un trabajo malo y que hay que sacárselo y que uno puede hacerlo por una determinada suma. En mi caso, estoy totalmente en desacuerdo con esta práctica, considero que no se debe alarmar a las personas diciéndoles que tienen un “trabajo hecho” o que están muy mal para luego “venderles” un servicio. Ahora bien, si la persona pregunta, en este caso con relación al tarot, si tiene un trabajo o "daño" y las cartas nos dicen que no, se le dice que no lo tiene y que debe quedarse tranquilo. En caso que la respuesta sea afirmativa, y solo, si el consultante nos pregunta si nosotros podemos ayudarlos, es allí cuando podemos explicarles en que consiste lo que podemos hacer y el costo del mismo. De otra manera estaríamos sugestionando a la gente con el solo fin de “atraer agua a nuestro molino”. En cuanto a las preguntas que estamos dispuestos a responder, dependerá de cada uno de nosotros, en mi caso particular no respondo preguntas sobre salud menos sobre la muerte. En el caso que lea algo al respecto puedo sutilmente hacer una advertencia, de ahí en más todo queda en manos del consultante y del Universo o Dios o en la creencia de cada uno. Vuelvo a reiterar que esta es solo mi visión de cómo conducirse en esta profesión.